Laocoonte y sus hijos, una escultura universal.
El Laocoonte es uno de los conjuntos escultóricos más impresionantes de toda la Historia del Arte universal. A pesar de las diferentes hipótesis que se han barajado, lo más probable es que fuera realizado en el siglo I d. C. para un mecenas romano, por los artistas Agesandro, Polidoro y Atanadoro, de la Escuela de Rodas. Pertenece, por tanto, a la última etapa de la escultura clásica griega, el llamado período helenístico. Se sabía de su existencia gracias a una antigua descripción de Plinio el Viejo, pero estuvo oculta bajo tierra hasta que fue descubierto en el año 1506, en la ciudad de Roma. El Papa Julio II envió a Giuliano da Sangallo y a Miguel Ángel para que identificaran la estatua, y desde entonces se conserva en los Museos Vaticanos.
El grupo representa a Laocoonte, sacerdote troyano de Apolo, en el momento de ser devorado por dos grandes serpientes marinas. Laocoonte había prevenido en vano a sus compatriotas contra el caballo de madera que los griegos les habían regalado, haciéndolo pasar como una ofrenda votiva a la diosa Atenea, cuando en realidad era un ardid para ocultar a los soldados que luego abrirían las puertas de la ciudad. Mientras los troyanos decidían si debían arriesgarse a introducir el caballo en la ciudad, Poseidón, enemigo de Troya, envió a las serpientes para que castigasen a los hijos de Laocoonte.
Las serpientes se enroscaron en el cuerpo de los niños y Laocoonte luchó por soltarlas, pero ellas le estrangularon a él y a los niños. Los troyanos se convencieron de que aquello era una señal de los dioses para ignorar las advertencias del sacerdote y finalmente llevaron el caballo dentro de las murallas de la ciudad. De esta forma provocaron inconscientemente su propia destrucción.
Una obra que más allá de ser una pieza de arte es en realidad un pedazo de historia sobre las crudas realidades de la época romana. Refleja uno de los eventos más marcados y comentados que viene siendo la batalla de Troya y el simbólico caballo de madera, aparte de eso esta escultura habla sobre esos hechos trágicos sucedidos alrededor del relato principal los cuales marcaron diferencias en la historia, pues de no haber ocurrido tal perturbador suceso ¿Cómo habría terminado todo?, la acciones darían curso a lo ya conocido o quizás hubiera dado un giro inesperado.
ResponderEliminarMe encanta todo lo que tiene que ver con el ciclo troyano y la cultura griega, sobre todo porque las obras así como las esculturas siempre tienen una historia que contar, y aunque se trata de una imagen cruda no deja de ser interesante. Esta obra tuvo numerosas restauraciones aunque los artistas no se apegaron totalmente al concepto principal ya que cambiaban la posición de los brazos de Laocoonte o de sus hijos poniéndolos mas estirados además de usar diversos materiales para su restauración
ResponderEliminarEsto demuestra que solo artista es quien conoce su visión y por tanto el único que sabe que en posición están las manos y brazos, incluso leí que hubo un artista que al momento de plasmar la imagen de esta estatua colocó a Laocoonte y sus hijos como si fueran primates.
EliminarAmo las esculturas griegas y toda su historia, es una manera de aprender y culturizarnos más con otras culturas, y espero que permanezcan en el tiempo.
ResponderEliminarLo que más admiro de Grecia son sus esculturas, son la máxima expresión del arte griego aun más que sus pinturas o su arquitectura. La mitología siempre está presente en cada una de sus obras y la prueba es la colección completa, incluso la greco-romana.
ResponderEliminarImponente escultura.
ResponderEliminarSin duda esculturas así ya no existen; son tan detallistas y realistas. Admiro demasiado ese arte que anteriormente se creaba, inspira demasiado.
EliminarQue espectaculo de escultura, la ame.
ResponderEliminarMe parece una hermosura la escultura. Sube mas fotos en tu blog amigo.
ResponderEliminarExcelente..